Kerid

Una de las principales características de la geografía de Islandia es su incesante actividad volcánica, y Kerid es una excelente muestra de ello. El cráter, ubicado en una región volcánica conocida como Tjarnarhólar, fue formado hace 6500 años, lo cual lo convierte en un paisaje volcánico relativamente joven. Gracias a esto, la forma oval del cráter se ha mantenido a la perfección y es uno de los lugares más fotogénicos del sudoeste islandés.

Resulta realmente sorprendente tanto al rodear el cráter como al bajar por él el intenso contraste de colores que genera el azul turquesa del lago y el color rojizo y verdoso de la tierra y musgo de las paredes del cráter.

Gracias a los senderos adaptados al turismo, es posible descender hasta el lago del cráter Kerid, que llega a alcanzar los 14 metros de profundidad. En invierno este se congela completamente, mientras que en verano se derrite y parece el lugar perfecto para darse un chapuzón único… Pero no es posible, ya que está terminantemente prohibido bañarse en Kerid.

Una visita rápida pero recomendable

Pese a que en el itinerario más canónico del Círculo de Oro de Islandia no suele nombrarse a Kerid, sí lo consideramos una parada muy recomendable por su belleza, la rapidez de su visita y su proximidad a lugares como Gullfoss o Geysir. Con un precio económico, no os llevará más de media hora conocer uno de los paisajes más sorprendentes del sur de Islandia.

¿Cómo llegar a Kerid?

La opción más viable para llegar a Kerid es alquilar un coche y conducir por la Ring Road o carretera 1 hasta desviaros en la carretera 35, en un trayecto aproximado de 50 minutos desde el centro de Reikiavik.

Si no os apetece conducir en Islandia, también podéis optar por ir en taxi hasta Kerid, aunque esta opción puede resultar excesivamente cara ya que el precio aproximado de ida y vuelta hasta allí sería de 36000 ISK aproximadamente.